Según documento fechado el 12 de octubre de 1456 conocemos que don Juan Pacheco ordenó construir asimismo una fortaleza o castillo, de estilo gótico-mudéjar, en lo alto del cerro de San Cristóbal y una muralla o cerca de cal y canto que rodease la Villa hasta el castillo. Del mismo modo, la Iglesia Colegial de Belmonte fue mandada construir también por don Juan Pacheco, según Bula de erección del Papa Pío II, año 1459; erigida en honor del apóstol San Bartolomé, se trata de una obra de gran sobriedad y de una joya incomparable del estilo gótico, emplazada en el barrio alto de la Villa, junto al Alcázar Viejo o Palacio de don Juan Manuel.

La antigua Parroquia que transformara en Colegial el Marqués de Villena, siempre fue objeto de las atenciones de los Señores de la Villa, hasta el punto de que el propio Juan Fernández Pacheco, primer Señor de Belmonte, elige este templo como panteón de su familia, haciéndose enterrar en su Capilla Mayor junto a su esposa Inés Téllez de Meneses. La misma decisión que sería también tomada años más tarde por los segundos señores de Belmonte, María Pacheco, hija de los anteriores, y su esposo Alonso Téllez Girón, padres del futuro marqués de Villena, Juan Pacheco. Habida cuenta de esta función funeraria, el primer Señor de la Villa otorgará generosas donaciones que engrandecerán la parroquia de Belmonte, y a la que también contribuirán sus sucesivos herederos, lo que harán de esta iglesia uno de los templos de mayor reputación de la diócesis conquense.